sábado, 20 de septiembre de 2008

ALIANZA DEL PODER

El poder económico que emane de la democracia no es para el bienestar de los electores, lo que seria el fundamento de ella, antes y por el contrario es para sostener el aparato financiero de quienes mas poseen en esta bolita de mundo.

Fíjese como la cacareada economía de mercado del neoliberalismo, ahora haciendo agua ante la crisis que se genera en los Estados Unidos a partir de su política intervencionista mal calculada en Irak fundamentalmente y en otras áreas geográficas, es auxiliada por las grandes economías de la Unión Europea – su aliado primario- quienes en el 2007 aportaron a través del Banco Central Europeo la suma de ciento ochenta y cinco mil millones de dólares para subsanar la crisis del coloso imperial desfalleciente y en éstos días el reciente desplome de las bolsas ante la quiebra de entidades financieras norteamericanas también es auxiliada con el aporte de setecientos mil millones de dólares que el gobierno de Bush dará para que dichas empresas no se quiebren definitivamente y salgan a flote de la crisis que ellos mismos han creado.

Así las cosas, vemos como la alianza del poder mundial funciona a la perfección para ayudarse a recuperar sus pingues riquezas e impedir que el monopolio del poder económico actual se resquebraje y gire en sentidos no previsibles y contrarios para ellos, sacan el dinero del erario publico, que en ultimas son dineros productos de la carga impositiva a los ciudadanos electores y lo envían a recuperar las finanzas de los resquebradísos bancos y entidades financieras . Mientras tanto los deudores de la hipotecada casa o piso tiene que seguir ingeníandoselas para pagar en alguna forma el crédito adquirido en esas entidades so pena de perder el techito de 60 o 90 metros cuadrados los cuales serán expropiados si dejan de pagar las cuotas hipotecarias acordadas; para ellos no hay auxilios económicos salvadores.

El tamaño del auxilio económico de Bush para el poder financiero permite reflexionar sobre la alianza de los poderosos frente a la debilidad de los electores quienes eligen a sus gobernantes para que ayuden a quebrar el país participando en tantas incursiones militares y luego recupere al poder financiero con el dinero propio de un estado ya resquebrajado. Cómo puede una economía quebrada salvar a sus entidades financieras también quebradas y cómo no es posible recuperar a unos cuantos hombres indigentes que tienen que dormir a la intemperie y en el frío suelo de todas las ciudades del mundo desarrollado o no, quienes fueron quebrados por el monstruo financiero de la economía de mercado. He aquí la inmoralidad de un sistema perverso –la maquinaria del poder- infundida del hálito democrático.