Hace poco tiempo ( Marzo 1 del 2008) las Fuerzas Armadas colombianas ingresaron sin permiso en territorio Ecuatoriano con el pretexto de perseguir y matar a guerrilleros de las FARC. A partir de ese hecho que fue condenado por la OEA (Resolución de Marzo 5 del 2008) debido a la violación del territorio Ecuatoriano, viene sucediendo cada vez más un contrapunteo político,jurídico,presidencial,ministerial y comercial que afecta a ambos países latinoamericanos.
En cuanto que Ecuador no se declaró satisfecho con las disculpas del gobierno Colombiano y decidió romper relaciones diplomáticas con Colombia. El entonces ministro de Defensa, Juán Manuel Santos, quien autorizó el ataque al campamento de las Farc en el Ecuador y quien hoy día ya ha renunciado a su ministerio (16.05.2009) en aras de poder lanzar su candidatura de corte Uribista y continuar con la llamada política de seguridad democrática que aunque ha rendido algunos logros no termina por vencer a las fuerzas enemigas pero sigue llenando de sangre y muertos ya no solo a Colombia; en una danza interminable del concepto guerrerista y militar como alternativa única a la solución del conflicto armado y con el consiguiente descuido de ingentes problemas sociales que aquejan al pueblo colombiano pero principalmente a sus minorías: Indígenas,negritudes, desplazados y a su población marginada y campesina quien ha puesto la mayoría de lasa víctimas.
Además de esos funestos hechos Ecuador recientemente entabló en derecho una demanda jurídica contra la persona que autorizó el ataque ,Juan Manuel Santos. Y ante tal denuncia que se considera legal ya que al personaje no se le está condenando sino sometiendo a juicio a fin que se aclare lo sucedido en el territorio Ecuatoriano y así Santos rinda su versión de los hechos ante la justicia ecuatoriana lo cual según entiendo no hace sino reforzar la función democrática de la justicia como uno de los pilares de la democracia en donde antes que perseguir o eliminar a los contradictores hay que vencerlos en juicio. Pero tal derecho ecuatoriano se responde por Santos y el gobierno colombiano con más amenazas hacia el gobierno ecuatoriano y acciones consistentes en acusaciones por supuestos nexos del presidente Correa con la guerrilla colombiana y aparecen cada vez más ordenadores que supuestamente contienen declaraciones afirmativas de esos vínculos lo cual se acepta y difunde en Colombia y hacia el mundo como una verdad verdadera. Es decir se ha echado andar una rueda sin fin donde las acusaciones mutuas, los improperios, los insultos y las acciones bravuconas van y vienen, atizando asi una hoguera entre países vecinos que no sabemos en que va a acabar, ni a quienes conviene.
Es indudable que tanto Colombia como Ecuador tienen problemas derivados del desarrollo histórico de ser sociedades excluyentes y con flaquedad de justicia pero en América Latina la intemperancia puede llevar a conflictos ocasionales mayores ,sino recuérdese como por un simple partido de fútbol se desató en 1969, una escaramuza bélica entre Salvador y Honduras.
Colombia se ha tomado el quijotesco papel de atacar como molinos de viento todas las políticas que provienen del ALBA, o sea de países que miran sus posibilidades de desarrollo en vías distintas a las tradicionalmente preconizadas en América latina. Pero ocurre que todos esos gobiernos del ALBA han sido elegidos por voto popular –democracia - y tienen el derecho a enrumbar sus acciones en las direcciones que ellos consideren correctas y prioritarias. Así que estar interviniendo de pensamiento, palabras y hechos ante cualquier movimiento de esos países parece ser un profundo error político y diplomático ya que esa intromisión permanente entre los gobiernos podría terminar con la aparente calma de un territorio que a diferencias de UE y USA poco han utilizado las armas para matarse entre ellos.
Afortunadamente los pueblos latinoamericanos tienen una gran capacidad de integración y se consideran verdaderamente hermanos entre si, pero la exacerbación y difusión de esas contradicciones y odios políticos entre sus gobiernos, quiera Dios que no termine con aquella idea integradora que alguna vez soñó Bolivar para América Latina.
Teruel.España.2009
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