viernes, 31 de julio de 2009

Democracia, Mediocracia y Demohipnosia

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El concepto originario Griego respecto de lo que debería ser y fue la Democracia para Atenas, sigue hoy siendo solamente un señuelo de algo que posiblemente nunca podrá ser alcanzado pero que todos los gobiernos en éste mundo moderno se ufanan de ser, en una u otra de sus múltiples formas que le han configurado. Pero no existiendo un decálogo democrático de obligatorio cumplimiento y de organismo alguno que lo hiciese cumplir, no existe posibilidad de asimilar la democracia a una estructura tal como lo es el metro a su propio patrón. Además de ello las tendencias políticas llamadas de cualquier forma asumen sus directrices gubernativas, si disfrutan del poder, como democráticas, a fin de ponerse a tono con una época que pregona el uso y el abuso de la palabreja como paradigma de libertad en éste siglo. Y en esa barahúnda de estados llamándose democráticos se cocinan toda clase de políticas que se apropian del concepto y se alían entre sí apoyándose (bloques) si tienen ciertas confluencias o intereses comunes al mejor estilo de cualquier relación entre enamorados, los llamados puntos comunes que nos hacen vernos como sintónicos o armónicos, o al estilo de un club de mutuos elogios.

En esos estados llamándose democráticos y dirigidos por partidos o gobernantes de determinadas ideas sobre su supuesta democracia - ya sean esos estados de corte presidencialista o parlamentario u otro-, algunos podrían aproximarse más al sentido de la palabreja y entonces en ellos la voz de la sociedad resonaría sobre sus gobernantes quienes a oídos listos traducirían esos sentires o aconteceres sociales en leyes o normas de uno u otro ámbito que reflejarían esa vivencia cotidiana de sus sociedades y sus tendencias y deseos comunes hacia un fin social de bienestar. Podrían enumerarse con los dedos de una mano la existencia real de tan bondadosos estados.

En los otros restantes estados también llamándose democráticos, las exigencias o tendencias de sus sociedades ,sus deseos y sus necesidades son palabras que se lleva el viento y en su conjunto la frustración social y la impotencia son el refugio de la cotidianidad ,ya que el logro de una sociedad mejor queda aplazado en la realidad pero sublimado en la fantasía de la noticia ya que dichos estados se apoyan en los medios o se apropian de ellos para fantasear una democracia que solo beneficia a una parte ínfima de esa sociedad o sea a los poderosos y a su clase política gobernante, mientras el resto de sus ciudadanos por más que lo intenten jamás llegaran al reino de los cielos –léase bienestar-. Pero ese tipo de democracia en donde se sublima la realidad a fin de no sufrirla y por el poder dado a sus medios tendríamos que ubicarlos con el calificativo de Mediocracia ya que solo se fundamentan en el engaño sublime de la mediatización aliada con el poder en cuestión.

En tales estados Mediocraticos la sublimación de la realidad a fin de contener el inconformismo y la frustración social ,se recurre a todas las formas mediáticas a fin que sus ciudadanos permanezcan distraídos de la realidad, no se la cuestionen, la asimilen como una fatalidad divina y permanezcan a través de cualquier signo, imagen o artilugio moderno somnolientos e hipnotizados por esos medios. Cabe entonces caracterizar a estas características sociales como demohipnosia: el pueblo hipnotizado, somnoliento, apático de su propia realidad.

Así caracterizadas las cosas, aun en pleno siglo XXI podríamos decir, parodiando: “un Fantasma recorre al mundo”, el fantasma de la Democracia.

Alfredoivan50@hotmail.com

Teruel, España.2009

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