Viene presentándose en la sociedad española un fenómeno preocupánte que se traduce en el acoquinamiento de los padres, familiares, educadores , compañeros, por parte de infantes o adolescentes quienes les someten a violencia física u otra.
Tal asunto preocupa, ya que los valores de la sociedad previa presuponían un sometimiento a las normas del mundo del adulto por parte de los menores de edad y se aducía el principio de respeto a la persona mayor en edad, dignidad y gobierno . Ese respeto a la norma era hecho cumplir a través de un llamado principio de autoridad que contuvo y puso limites a sus nuevas generaciones en el uso indiscriminado de la violencia y abusos del menor hacia el mayor. Aunque no siempre tal autoridad fuese ejercida con mesura y se pasase en ciertos casos a un autoritarismo malsano. Esa sociedad previa funcionaba, por lo general, en un ámbito de armonía inter-generacional ,de respeto entre todos.
Pero ésta sociedad va cambiando y los valores de ayer se han relajado o trastornado y hoy el menor de edad se ha colocado en un plano de igualdad ante el mayor, sin serlo, y ello conduce a que el menor libre de limites y con una mente inocente del conocimiento del mundo y la sociedad, haga de su arbitrio un uso inadecuado que se traduce en violencia, comportamientos inadecuados, y temor del mayor o cualquier figura de "autoridad" hacia el menor. Sin que hasta ahora se empiece a preocupar la sociedad de esos pequeños tiranos que se vienen creando y soportando.
Sin ser de éste país, pero sí siendo buen observador del mismo, me he asombrado de ver la amplia permisividad que padres y madres tienen con sus infantes y he visto abofetear o escupir a progenitores por menores de dos,tres o más años mientras el padre o madre se queda con el agravio sin reprender al menor por ello. También en mi calidad de médico he recibido quejas de madres ya no tan jóvenes, agobiadas porque sus hijos de diez o doce años les castigan de patadas y ellas son incapaces de reprenderles, ponerles limites y demostrarles quién es su madre o quién es el que tiene la sartén por el mango; simplemente se quejan en la consulta de su sufrimiento pero han permitido tan inaudita relación de sometimiento. No puedo referir experiencias directas de adolescentes y sus mayores, pero las noticias son preocupántes sobre el gran temor de los educadores ante sus educandos quienes les someten a bofetadas, insultos, patadas y otras agresiones además de someterlos a la burla de una "derrota" filmada en vídeos para el gozo de esos adolescentes sin dios y sin norma quienes en la mayoría de las veces son respaldados por sus propios padres .Así continuarán sin comprender que su educador es digno de mejor trato y respeto. Ante esos desmanes adolescenciales e infantiles :padres, educadores,familiares y otros, esperan pacientemente que las cosas sean resueltas a través de los jueces, como si un pleito judicial tuviese la potestad de resolver todos y cada uno de los comportamientos conflictivos de una sociedad que pierde su brújula y aun no reconoce este desvío.
Se ha dado desde lo psicológico la tendencia a creer que la represión mesurada, y a tiempo de un menor le traumatizará para el resto de su vida,pero si ello fuese así llegaríamos a la conclusión que todos los mayores de cuarenta años en la actualidad están totalmente traumatizados, lo cual evidentemente es falso. Psiquiatras , conocedores o especialistas de la psiquis infantil y adolescencial recomiendan a los padres asumir el rol de padres, contener al cachorro que crece a fin que no se desborde, no se haga daño asimismo ni a los otros ,y usar el principio del conocimiento y autoridad con mesura pero con firmeza a fin que sus hijos comprendan y actúen en consecuencia con respeto de todos los demás lo cual es el fundamento del acuerdo llamado sociedad. Tales especialistas no reconocen que una pequeña represión a tiempo sea causa de traumatismo vital para el menor.
Si en cambio, se deja el menor en su inocencia a su libre albedrío, sin limites que le contengan, éste se desbordará y será un peligro para el y los demás ya que permanecerá inclinado ante una pulsión tanática y ya adulto habrá aprendido que puede ser cruel y tirano porque por ello no recibirá sanción ejemplar.Entrando así ese menor, en su adultez, en un verdadero conflicto con su sociedad .
Dejar al niño y al adolescente libérrimo significa no quererlo, no preocuparse por su fuero interno y su salud mental. Si puede hacer lo que el quiera sin que un padre le guíe y contenga, entonces encontrará sus propias y equivocadas respuestas como las correctas. En la naturaleza todos los cachorros son contenidos por la madre quien le enseña los pasos correctos para su supervivencia y la de los demás, deberíamos aprender de tan sabios comportamientos de los "brutos".
Es hora de empezar a preocuparse por esos chicos que creamos y criamos ,enseñándoles los valores que siempre han demostrado ser validos para todas las sociedades y no creamos que la libertad individual tiene la potestad de destruir todo el bien construido y aun destruirse así misma . Es hora que todos asumamos el responsable rol de ser padres.
Ser padre no es ser el amigo, es ser padre con todo el acumulo de responsabilidades y esfuerzos que ello implique. Si no es así, ¿ para qué ser padres o madres ?.
Ahí les dejo esa................
Teruel, España.2009
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