sábado, 14 de junio de 2008

EL TIEMPO SE AGOTA


La destrucción apresurada del planeta verde, la destrucción de inocentes árboles y animales como premonición del fin que labramos; la destrucción de las capas atmosféricas por donde el hoyo de la destrucción permite que un rayo de fuego vengativo nos aniquile.

El rugir de los ríos y los mares, el rugir de la tierra que sale desde Tierra del fuego hasta las diminutas islas de Oceanía, los vientos que lloran su furia en América a cada instante, todo ello creado en tan corto tiempo, desde Gagarín hasta Neill, como un canto trágico nos muestra nuestra infinita pequeñez y gran torpeza. Transformamos el mundo y fuimos incapaces de controlar el daño.

El afán de una riqueza expansiva como un hongo atómico y eterna aun más allá de Dios, ha sido la causa del desastre. Pensar que los pozos de fósil debían evaporarse y destruir su última lagrima para llenar de lujos nuestra pequeña casa, para llenar de manjares nuestra cena, y buscar en la conquista y el indecoro de la victoria tal logro. Siempre creando falsas verdades sobre buenas intenciones para que no aflore la verdad verdadera que subyace a tal victoria. Poder y más poder a toda costa, poder que se enfrenta ahora al inexorable tiempo que se agota.

Hoy las sondas que llegan a Marte y Venus en busca de una salida imaginada para los poderosos cuando ésta barca-tierra desfalleciente se hunde, muestran que existe allá una posibilidad de vida, incierta pero posible, pero tan lejana para confluir antes que el tiempo de la destrucción se agote. Antes que se lancen al desespero las naves dejando detrás a los pobres de Africa, América y Oceanía .Es un tiempo último, un tic-tac rápido que no permite ver la posible llegada a tiempo de nuestra vida a otros confines.

Mientras tanto, el poder se olvida de la desgracia inminente y exprime al máximo el botín de la deshonra sacando para si pingues provechos y dando limosnas envueltas en oropel a los perdedores de ésta tierra.

El cálculo es finito e inalcanzable si seguimos dejando que el poder defina y acepte que hemos dado el último paso al vacío. Mientras el define, Martes estará aun más lejano y el gran hoyo atmosférico se encargará de cumplir la profecía de los dioses. La asfixia se extiende como un gran manto negro imperceptible y el tiempo que pasa es rápido para destruir lo que aun queda en el planeta mientras es lento el tiempo que pase para alcanzar a Marte, por lo que talvez un último esfuerzo permita apenas alcanzar a poner los pies sobre la nave, sin poder despegar.


Reflexión sobre un posible cercano fin si seguimos pensando, discutiendo y dejando que el poder lo defina todo.

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