Quienes alcanzamos a coger el penúltimo vagón del amor romántico; vemos en las sociedades altamente desarrolladas una serie de comportamientos que ponen en peligro el concepto de amor para toda la vida que todos los enamorados se juran y que muchos llegan a refrendar pública y legalmente ante un altar y los más extremos al estilo de Romeo y Julieta deciden confirmar con los hechos .
Esta sociedades del bienestar han entrado en la onda del hedonismo, ya tienen la gran mayoría de los problemas cotidianos resueltos y ahora deciden explorar los insondable vericuetos del deseo carnal y el placer, llegando a los extremos más insospechados, léase “menage a trois”, orgías , cuartetos, intercambio de parejas; para nombrar solo algunas minúsculas perlas de éste “affaire” en la búsqueda afanosa de una supuesta felicidad .
Han desligado el amor del deseo y se dedican ahora a ligar desaforadamente, a pesar de los riesgos del SIDA y de los peligros emocionales que conlleva tan incitante practica. Y esa conducta orgiástica que antes se correspondía con la historia subterfúgica de la sexualidad humana hoy se vuelve pública y se muestra sin ningún recato; hombres y mujeres juegan a mostrar todo lo que la imaginación y la fantasía pueden hacer y al mostrarlo acaban con el encanto de lo que nos era intimo, propio, restringido, y se convierten así en niños que necesitan volcar hacia fuera todo lo que piensan y síenten .
El precio en contraprestación es la soledad al mucho ligue, tanto ligue que el amor, se ha convertido en un fantasma, fantasma que se persigue en los consultorios sentimentales de todos los medios, en los consultorios de médicos de familia y en el diván del psiquiatra. Los cuadros depresivos aumentan y los síndromes de angustia generalizada; todos quejándose de soledad, de no ser comprendidos ni correspondidos.
Como bien lo dijo Erich Fromm , la humanidad se preocupa por el éxito, por aprender a desempeñar un oficio, una profesión, tener dinero, poder, y mostrar el trofeo de sus logros ; mas no se preocupa por aprender el arte de amar y creen que el amor es sencillo, un sentimiento que se encuentra a la vuelta de la esquina, sin comprender que como todo arte, el amar también requiere de un aprendizaje, de un interés y de intuición y disciplina para poder lograr lo más fundamental en el hombre : la victoria sobre la soledad a través del logro del amor ; pero de un amor que se traduzca en acciones solidarias concretas y cotidianas hacia el otro, no en palabras ni sentimentalismos de telenovela .
Así que ante los embates de la sexualidad que hoy nuevamente se encumbra, hay un recule del amor a expensas de la felicidad humana, y aquel amor eterno que fue el ideal de otros tiempos queda transitoriamente arrinconado en el cuarto de trastos.
“ A ligar, a ligar que el mundo se va a acabar “ . ¿ Será ? .
(escrito para Hoy Diario del Magdalena, de Santa Marta, Colombia 2005)
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